El alcalde de Barcelona apura su aciago mandato y se muestra convencido de poder dar la vuelta a los sondeos, que vaticinan un relevo en el Ayuntamien

Con una copa de cava en la mano y brindando por la Navidad, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, se mostraba tranquilo y confiado, como si el porvenir político le sonriera. El viernes, tras el último pleno del año, explicó que en su carta a los Reyes Magos pedirá, en primer lugar, que se temple la crisis económica para que las cosas vayan mejor a todos los ciudadanos. Y especialmente para los que lo están pasando muy mal. "Que salgamos de una vez de esta", dijo.

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¿Y para usted? La respuesta de Hereu fue una risa acompañada de un alto y fuerte "que ganemos". Porque el alcalde tiene la mirada puesta en las elecciones municipales de la primavera y el pie en el acelerador para convencer a propios -los críticos dentro de su partido, que dudan de sus posibilidades para darle la vuelta a todos los malos augurios y encuestas electorales- y extraños de que puede ganar los comicios, pese al viento que sopla en contra tras la victoria de Artur Mas en las autonómicas y la escalada de Xavier Trias (CiU) en todos los sondeos.

El alcalde está convencido de que tiene posibilidades reales de continuar con la vara de mando tras el 22 de mayo y resta importancia a un 2010 cargado de turbulencias de todo tipo. Ha sido su particular annus horribilis. Algunas de sus propias iniciativas y otros avatares han sumido al bipartito municipal que lidera en una sucesión de crisis y sobresaltos.Estos son algunos de los episodios más destacados del año que concluye:

- Juegos Olímpicos de Invierno. El alcalde sorprendió a propios y extraños cuando, nada más iniciarse el año, anunció que Barcelona optaría a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022. La iniciativa contrastaba con la máxima de la que hizo gala al inicio del mandato: Barcelona debía huir de grandes acontecimientos y centrarse en la política de la proximidad. La idea de Hereu no gustó nada a sus socios de Iniciativa per Catalunya-Verds.

- Dimisión de Itziar González, edil de Ciutat Vella. El pasado mes de abril, el fichaje estrella de la candidatura socialista -que concurrió a las elecciones como independiente y se acabaría afiliando al PSC- abandonó el gobierno municipal y el distrito más complicado de Barcelona. Lo hizo tras no pocos desencuentros con altos cargos del gobierno de Hereu y abiertas desavenencias en proyectos sonados, como el hotel del Palau de la Música. Itziar González, además, fue perseguida, amenazada de Ciutat Vella. Su salida del gobierno provocó la primera crisis. Le sustituyó como edil del distrito Carles Martí, primer teniente de alcalde y, precisamente la persona que la había apadrinado.

- Consulta de la Diagonal. El que fue el proyecto estrella de Hereu, se saldó con un sonoro fracaso en la celebración de la consulta. Solo se pronunció el 12% del censo de la ciudad, y eso que la votación estaba abierta por primera vez a los mayores de 16 años. El 80% de los ciudadanos optaron por la opción "C". Es decir, ninguna de las dos que propuso el equipo de Urbanismo del Consistorio. Un Hereu con cara demudada anunció el 16 de mayo el cese de su mano derecha en el gobierno y compañero en el PSC, Carles Martí, quien asumió la paternidad de la consulta. La salida situó a Jordi William Carnes como primer teniente de alcalde y Assumpta Escarp ascendió a la tercera tenencia de alcaldía, que sigue compaginando con el área de Seguridad y el mando de Ciutat Vella.

- Hotel del Palau. Los vecinos del entorno del Palau de la Música, en su voluntad por impedir la conversión de tres fincas de equipamientos en hotel de lujo en Sant Pere Mes Alt -proyecto impulsado por Fèlix Millet y apoyado por la Generalitat y el Ayuntamiento- llevaron el caso a la fiscalía de delitos urbanísticos. El Juzgado de Instrucción número 10 de Barcelona inculpó en junio pasado al cuarto teniente de alcalde de Urbanismo, Ramón García Bragado, al gerente de Urbanismo, Ramón Massaguer, y al responsable jurídico, Enric Lambies. Los tres siguen en esa situación judicial, aunque la acusación de prevaricación y el fondo de la cuestión, la ingeniería urbanística para facilitar la recalificación, fue desestimada durante la investigación. García Bragado fue sustituido por Gemma Mumbrú en Urbanismo.

- Trama de corrupción. El levantamiento del secreto de sumario acordado en julio por el Juzgado de Instrucción 33 de Barcelona permitió conocer los detalles de la trama de corrupción en el distrito de Ciutat Vella. En el caso están imputados el jefe de licencias de Ciutat Vella desde 2000 hasta 2008, Heliodoro Lozano, y su jefa jurídica, Elena Ariza. Sobre la mesa, la sospecha de corrupción en cientos de licencias de apartamentos turísticos, la facultad inspectora del distrito y la supuesta connivencia con el ingeniero Joaquín Quílez, muy vinculado a la administración municipal.

- Alarma en el PSC. Todos esos episodios unidos al barómetro municipal, que suspendía a Hereu y daba una clara ventaja a Xavier Trias (CiU), hacen saltar todas las alarmas en la cúpula del PSC, que ve peligrar la alcaldía si Hereu repite como candidato.

- El proyecto del Barça. Hereu dijo al iniciar el mandato que quería dejar encarrilado el ordenamiento urbanístico del territorio de Les Corts que ocupa el Barça. Pactó con Joan Laporta la recalificación del Miniestadi, con el apoyo de ERC y CiU, pero con la férrea oposición de ICV. Cinco meses después, el proyecto decayó sonoramente con la nueva junta de Sandro Rosell.

- Elecciones autonómicas. Pese al discurso de los dirigentes del PSC -incluido el alcalde- que dice que no es comparable el comportamiento de las autonómicas con el de las municipales, el resultado del 28-N en Barcelona provocó un escalofrío en la familia socialista: CiU se impuso en todos los distritos, salvo en Nou Barris.